Las metástasis causan más del 90 % de las muertes relacionadas con el cáncer. No obstante, se ha prestado poca atención a las huidizas células responsables de la diseminación del cáncer, que circulan por el torrente sanguíneo, lo cual dificulta su identificación y análisis. El objetivo del proyecto SCALPEL, financiado con fondos europeos, era salvar vidas desarrollando un dispositivo de microchip para detectar y clasificar células metastásicas en muestras de sangre.