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Las administraciones públicas de toda Europa buscan constantemente mejorar la calidad y coherencia de los servicios que prestan a los ciudadanos. Estos servicios pueden abarcar desde el acceso a servicios clave hasta la redacción y presentación de documentación importante. A este respecto, las nuevas tecnologías digitales ofrecen mucho potencial.
«Las autoridades públicas tienen que aprovechar esta oportunidad —afirma la coordinadora del proyecto ETAPAS, Roberta Lotti, del Ministerio italiano de Economía y Hacienda—. Para ello, sin embargo, tienen que ser capaces de gestionar los riesgos y las posibles repercusiones que puedan presentar las nuevas soluciones tecnológicas. Esto significa no solo mitigar los riesgos, sino también maximizar los beneficios para los ciudadanos y las propias administraciones públicas».
El objetivo del proyecto ETAPAS era proporcionar a las organizaciones del sector público orientaciones prácticas y claramente estructuradas para la adopción de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA), los datos masivos y los asistentes robóticos. Un objetivo fundamental era garantizar la protección de la intimidad, evitar sesgos discriminatorios y salvaguardar la seguridad pública.
«Para lograrlo, empezamos por estudiar las necesidades de las administraciones públicas», explica Lotti. Este trabajo reveló que la falta de recursos y de confianza en las tecnologías emergentes eran las principales razones de su escasa adopción. «Este análisis nos ayudó a definir cómo podíamos apoyar los servicios a nivel organizativo», añade.
Un marco de tecnología revolucionaria responsable
A partir de este análisis, el equipo del proyecto ETAPAS elaboró lo que denomina su Marco de Tecnología Revolucionaria Responsable (RDT, por sus siglas en inglés). Este marco incluye un código de conducta, un amplio marco de riesgos y un análisis en profundidad de la legislación europea pertinente.
El marco también incluye un cuestionario e indicadores computacionales a medida sobre tecnologías revolucionarias. Una metodología de validación detalla los pasos a seguir para aplicar nuevas tecnologías.
Para reunir este marco y garantizar su fácil aplicación, el equipo del proyecto creó una Plataforma de Gobernanza. Esto permite a los usuarios ver gráficamente todos los aspectos, como evaluaciones de nuevas tecnologías, cuestionarios y recomendaciones. También se puso a disposición de los administradores del sector público una guía completa paso a paso sobre la aplicación del marco. «Juntos, estos aspectos permitirán a los administradores del sector público gobernar mejor estas nuevas tecnologías, así como gestionar sus riesgos», afirma Lotti.
El enfoque de ETAPAS se diseñó conjuntamente con organizaciones del sector público y se validó mediante cuatro casos de uso en Grecia, Italia y Noruega. En cada proyecto piloto se analizó una aplicación tecnológica revolucionaria diferente. En Grecia, la IA se utilizó para identificar noticias falsas, mientras que en Italia, el estudio de caso se refería a la publicación y difusión de datos masivos, incluida información personal y sensible anonimizada en poder del Ministerio de Economía y Hacienda. También en Italia, un robot humanoide ayudó en la recuperación médica de pacientes, mientras que en Noruega, un chatbot basado en IA respondió a las preguntas de los ciudadanos.
Reforzar la confianza de los ciudadanos y aumentar la transparencia
El equipo de ETAPAS cree que las soluciones y orientaciones creadas ayudarán a las administraciones públicas nacionales, regionales y locales a afrontar los riesgos éticos, sociales y jurídicos de la adopción de nuevas tecnologías. En última instancia, esto se traducirá en mejores servicios digitales para todos.
De este modo, Lotti considera que ETAPAS ha contribuido a reforzar la confianza de los ciudadanos en las instituciones públicas, al tiempo que ha aumentado la transparencia y la accesibilidad. Además, al apoyar la adopción fiable de nuevas tecnologías en la esfera pública, el proyecto contribuirá a abrir un mercado atractivo para los desarrolladores europeos de tecnología.
«Hoy disponemos de una metodología y un planteamiento listos para ser utilizados por las administraciones públicas —señala Lotti—. Vimos hace cuatro años, cuando empezó este proyecto, cómo se utilizaban tantas tecnologías en el sector privado. Por eso decidimos embarcarnos en este viaje, para ver cómo podíamos ayudar al sector público a cerrar esta brecha».
De hecho, para Lotti y su equipo, el marco del proyecto va más allá de la simple tecnología o el riesgo; se trata, más bien, de un planteamiento integral para implantar tecnologías revolucionarias en el sector público. «Nuestro trabajo se desarrolló y evolucionó a medida que aparecían nuevas tecnologías —añade—. Realmente queríamos que esto estuviera en consonancia con la visión europea de modernizar las administraciones públicas y facilitar mejor la interacción digital entre las administraciones y los ciudadanos».