PDF Basket
Europa es un espacio cultural rico y diverso, y la ópera es una de sus aportaciones culturales emblemáticas. «Piedra angular del patrimonio cultural europeo, la ópera siempre ha hablado a todo el mundo sin distinción de clase o condición social, expresando a la vez autoridad y revolución», afirma Mikel Zorrilla, director de Medios Digitales de Vicomtech.
Por desgracia, en los últimos decenios, esta forma de arte antaño trascendente ha perdido de vista sus raíces populares y su parte revolucionara. Como resultado, Zorrilla afirma que la ópera se ve ahora a menudo como un símbolo de desigualdad, lo cual es un problema, ya que la cultura es parte de lo que nos une.
Para solucionar este problema, el equipo del proyecto TRACTION, financiado con fondos europeos, se propuso hacer la ópera más inclusiva. «La ópera tiene la capacidad de reescribir su historia de manera que incluya a quienes sienten que han sido dejados de lado y mirar hacia dentro —añade Zorrilla—. Al hacerlo, puede renovarse y redescubrir la energía, la repercusión y la esencia para volver a ser la pieza central de la cultura europea».
Un libreto para la era digital
A través de las nuevas tecnologías y la creación conjunta, el equipo del proyecto TRACTION hizo algo más que acercar la ópera a poblaciones tradicionalmente marginadas: las implicó en el proceso creativo.
Por ejemplo, en el proyecto se colaboró con la Ópera Nacional de Irlanda para crear la primera ópera del mundo basada en realidad virtual. Creada conjuntamente con hablantes de irlandés que viven en Inis Meáin, adolescentes de zonas remotas y adultos de Tallaght y el sur de Dublín, la ópera se diseñó para ser disfrutada con cascos de realidad virtual.
Este formato extraordinario permitió al proyecto llevar la ópera a zonas de Irlanda habitualmente excluidas del acceso a esta importante disciplina artística.
Creación conjunta de una ópera con reclusos
El equipo del proyecto también colaboró con SAMP, una escuela de música independiente de Portugal, donde ayudó a crear conjuntamente una ópera comunitaria con y para los jóvenes reclusos de la prisión juvenil de Leiria (Portugal). Con la participación de artistas profesionales y reclusos, sus familiares y el personal penitenciario, juntos escribieron y compusieron «O Tempo (Somos Nós)».
La actuación sirvió para integrar y poner a prueba la herramienta Traction Co-creation Space del proyecto, que enlazaba al instante un escenario dentro de la cárcel donde actuaban los reclusos con el escenario principal de un auditorio local para que todos pudieran actuar juntos.
La ópera como plataforma de inclusión social
Con el objetivo de empoderar y transformar a las comunidades en riesgo de exclusión, en el proyecto también se utilizó la ópera como plataforma creativa para contar las historias de estas comunidades y compartir sus experiencias. Tomemos como ejemplo el barrio del Raval de Barcelona (España). Este barrio no solo alberga el legendario Gran Teatro del Liceo, de 175 años de antigüedad, sino que también se caracteriza por su diversidad social, económica y étnica.
En colaboración con los vecinos, el equipo del proyecto TRACTION escribió y puso en escena una ópera sobre la vida en el Raval. La ópera, titulada «La Gata Perduda», contó con la participación de coros de aficionados del barrio y con la colaboración de los vecinos en diversas tareas, como el diseño de la marca visual, los decorados y el vestuario. La ópera comunitaria ofreció dos funciones con todas las entradas agotadas.
El espectáculo debe continuar
En total, en el proyecto TRACTION se ofrecieron 11 representaciones de ópera, con 5 horas de música de nueva composición y la participación de más de 1 300 artistas no profesionales y miembros de la comunidad. A estas óperas asistieron de forma presencial más de 8 000 personas, a las que se sumaron otras más de 766 000 que lo hicieron a distancia.
Pero más importante que las cifras es la repercusión que estos espectáculos tuvieron en las personas que participaron en ellos. «Había un verdadero sentido de comunidad mientras lo hacíamos todo», dijo uno de los artistas. «Aprendí no a cantar, sino a dar sentido a lo que cantaba», añadió otro. El equipo del proyecto recopiló sus herramientas, tecnologías y lecciones aprendidas y ha puesto estos recursos a disposición del público a través del sitio web del proyecto para que distintas iniciativas artísticas puedan utilizarlos.