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Una forma en que las comunidades de inmigrantes pueden superar la exclusión social y cultural es a través de la narración compartida de historias. Las comunidades de inmigrantes pueden tener vínculos históricos muy diferentes con determinados lugares, y muchas de estas historias se olvidan o ignoran con facilidad.
El equipo del proyecto MEMEX, financiado con fondos europeos, colaboró con varias comunidades frágiles de toda Europa para dar a conocer al mundo estas historias ocultas. En MEMEX se ha creado un prototipo de aplicación que utiliza la inteligencia artificial y la realidad aumentada para ofrecer la posibilidad de compartir estas historias.
«La idea, y en realidad el reto final, era diseñar las metodologías y tecnologías que creamos en el proyecto MEMEX con los grupos más amplios posibles de inmigrantes y comunidades en riesgo de exclusión», afirma Alessio Del Bue, investigador titular principal del Instituto Italiano de Tecnología y coordinador del proyecto MEMEX.
Trabajar junto a las comunidades en riesgo
El equipo de MEMEX colaboró estrechamente con 3 grupos que podrían sentirse excluidos: ciudadanos del distrito 19 de París, mujeres inmigrantes de Barcelona y 3 generaciones de inmigrantes que viven en Lisboa.
«La estrategia era que los socios del proyecto estuvieran en contacto directo con las comunidades, a través de asociaciones —explica Del Bue—. Para crear historias sobre su propia experiencia, e incluso algunas cosas que son muy íntimas, hay que crear un espacio seguro».
Narrativa digital compartida
Una de las principales metodologías desarrolladas a través del proyecto consistió en tomar fotografías de lugares conocidos localmente por estos grupos y pedirles que contaran una historia sobre su importancia para la comunidad. Los participantes elaboraron un conjunto de narrativas digitales audiovisuales locales con el apoyo de los socios.
En Portugal, por ejemplo, había mucho patrimonio relacionado con la historia local de famosos navegantes del pasado. Otras historias estaban relacionadas con la religión: en Barcelona, las inmigrantes estaban estrechamente vinculadas a La Moreneta, una talla que representa a la Virgen María como una mujer negra.
«Las más interesantes eran las que contaban historias que no se podían leer en los libros, porque se basaban en la autointerpretación», dice Del Bue.
Las historias se introdujeron en una aplicación con etiquetas de localización y son accesibles en el mundo real gracias a la tecnología de realidad aumentada. Esta herramienta empoderó a las comunidades al hacer que las historias fueran más accesibles para todos.
«Al final, MEMEX era realmente un mapa de recuerdos», comenta Del Bue. La aplicación también utilizó inteligencia artificial para analizar el texto de las distintas historias y revelar vínculos entre ellas.
«La gente se alegró de ver que la historia de Lisboa podía estar conectada con algunos inmigrantes de Barcelona —señala Del Bue—. Así se da la impresión de que con esto se puede crear un bonito efecto de conexión».
Proyectos futuros
Hacia el final del proyecto, el equipo de MEMEX empezó a plantearse cómo prolongar su legado. La plataforma de MEMEX se utilizará en la Nueva Bauhaus Europea, que emplea la narrativa digital para conectar a las sociedades costeras con su historia compartida con el mar.
Las herramientas de MEMEX serán de código abierto para animar a otros proyectos de investigación a utilizar métodos similares. La aplicación ya se ha utilizado en museos, como el Palacio Real de Caserta en Nápoles (Italia), y permite a los visitantes de edad avanzada contar historias sobre sus visitas a este monumento.
«Hay muchas formas de reutilizar MEMEX, aunque solo sea como herramienta para registrar el patrimonio inmaterial —afirma Del Bue—. Cada historia es, en sí misma, una parte del patrimonio y esta era la forma que teníamos en el pasado de propagar la cultura».
Del Bue explica que gran parte del éxito del proyecto se debió a la estrecha colaboración a través de las asociaciones locales, para generar confianza con las comunidades y ayudarlas a contar sus historias. Diseñar tecnología con objetivos sociales fue un nuevo reto apasionante, afirma.
Al final, el proyecto proporcionó un conjunto de metodologías y herramientas, así como recomendaciones políticas y profesionales, que se difundieron entre diversos grupos de investigadores y profesionales afines, desde el ámbito de la tecnología hasta el de las humanidades.
«Esta investigación interdisciplinar fue sumamente importante para crear una tecnología que satisficiera las necesidades de la gente», concluye.