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Los problemas de salud mental, en particular las enfermedades y los problemas mentales relacionados con el estrés, van en aumento. Sólo en Europa, sesenta millones de personas padecen trastornos de ansiedad, mientras que la depresión grave afecta a unos treinta millones de personas.
Los avances en la asistencia sanitaria preventiva han sido lentos, en gran parte debido a la falta de comprensión de las causas que determinan la resiliencia de una persona ante los factores de estrés que subyacen a muchos problemas de salud mental.
«Nuestra investigación ha contribuido para achicar esta brecha al describir los efectos que el estrés tiene sobre la función encefálica», explica Erno Hermans, investigador principal del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva Afectiva del Instituto Donders y coordinador del proyecto STRESNET, financiado por el Consejo Europeo de Investigación.
Dispositivos ponibles para controlar el estrés en la vida real
El equipo del proyecto desarrolló un sistema de control del estrés en la vida real mediante teléfonos inteligentes y biosensores ponibles. Este sistema innovador pide a los participantes que rellenen breves encuestas a lo largo del día. Con estos datos, los investigadores pueden ver el efecto que tienen las experiencias estresantes en el sistema nervioso de la persona e identificar así a los que son más resilientes ante los factores de estrés de la vida real.
La combinación de este sistema con imágenes encefálicas también permitió a los investigadores identificar las redes encefálicas específicas asociadas a la resiliencia ante factores de estrés de la vida real.
«Estos resultados ponen de relieve el potencial de los biosensores ponibles para controlar la salud mental relacionada con el estrés», afirma Hermans. «También demuestran que los cambios fisiológicos no se producen solo durante el momento de estrés, lo que significa que el contexto psicológico es fundamental para interpretar las señales de los biosensores ponibles».
Los investigadores están estudiando la forma de convertir esta tecnología en una innovación comercializable.
Entrenar el encéfalo contra el estrés
Otro resultado clave del proyecto fue el uso de la tecnología de neurorretroalimentación por resonancia magnética funcional en tiempo real para entrenar al encéfalo a asignar mejor los recursos en situaciones de estrés.
Mediante retroalimentación visual en tiempo real, los investigadores entrenaron con éxito a participantes sanos para controlar bidireccionalmente el equilibrio entre la red de saliencia (la parte del encéfalo que evalúa y responde a estímulos inesperados) y la red de control ejecutivo (la parte que supervisa la resolución de problemas y la toma de decisiones).
Los investigadores también demostraron que esta habilidad recién aprendida puede transferirse a una situación estresante en la que ya no se da la retroalimentación.
«Creemos que esta formación sienta las bases para posibles intervenciones clínicas o preventivas destinadas a aumentar la resiliencia del individuo ante el estrés», señala Hermans.
Una serie de hallazgos revolucionarios
Además de los logros obtenidos con los dispositivos ponibles y el entrenamiento encefálico, los investigadores también demostraron que las personas vulnerables a desarrollar trastornos relacionados con el estrés (por ejemplo, los hermanos de pacientes con esquizofrenia) suelen tener una respuesta atenuada ante factores de estrés, lo que podría constituir un nuevo biomarcador de la sensibilidad al estrés.
Asimismo, mediante un modelo experimental de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares, corroboraron cómo los movimientos oculares pueden desactivar la parte del encéfalo implicada en la experimentación de las emociones. Hermans afirma que este hallazgo abriría la puerta a terapias que reduzcan el impacto de los recuerdos relacionados con el estrés.
Allanar el camino hacia la prevención en salud mental
Un principio básico del proyecto era demostrar que el estrés agudo induce un cambio en la actividad física del encéfalo. Reconocer estos cambios ayudaría a los investigadores a estudiar el impacto del estrés en el laboratorio y en la vida cotidiana.
Los investigadores de STRESNET también verificaron cómo estos cambios pueden predecir la respuesta emocional al estrés en la vida real, así como el modo en que la respuesta se altera en individuos predispuestos a desarrollar trastornos mentales relacionados con el estrés.
«Juntos, estos trabajos proporcionan una base científica para futuros intentos hacia la prevención de la salud mental en personas con riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con el estrés», concluye Hermans.