El poder de la música para evocar emociones es conocido, pero el mecanismo subyacente no. El proyecto CREAM, financiado con fondos europeos y basado en técnicas de manipulación del sonido que provocan respuestas emocionales, permite comprender mejor el cerebro. Inspira aplicaciones clínicas nuevas, desde el diagnóstico de problemas del habla hasta la evaluación de pacientes de cirugía cerebral.
La respuesta al tratamiento de los trastornos neurológicos podría estar en la cabeza. En el proyecto financiado con fondos europeos TwinBrain se ha creado una nueva tecnología para observar la actividad encefálica de los pacientes mientras se mueven. Esto mejora nuestra comprensión de la función encefálica y podría abrir la puerta al tratamiento de enfermedades neurológicas como la de Parkinson.
Los problemas de salud mental, muchos inducidos por el estrés, son un reto sanitario. En STRESNET, financiado con fondos europeos, se desarrollaron técnicas para reducir el impacto de los recuerdos relacionados con el estrés. Esto permitiría intervenciones preventivas que aumenten nuestra resiliencia ante el estrés, lo que reduciría la carga de enfermedades mentales y las dolencias.
La sinestesia es una enfermedad neurológica asociada a trastornos de ansiedad y autismo difícil de detectar en los niños. Para abordar este problema, el proyecto financiado con fondos europeos SYN-TOOLKIT ha creado un método para recoger pruebas de este fenómeno perceptivo. También desarrolló una aplicación de diagnóstico para teléfonos inteligentes que ayuda a los enfermos a recibir asistencia.
La incidencia de la enfermedad de Alzheimer sigue creciendo a un ritmo alarmante, pero los avances en el tratamiento y la prevención se han estancado. El proyecto ADAPTED, financiado con fondos europeos y privados, trató de comprender mejor cómo la presencia de un gen concreto aumenta significativamente el riesgo de enfermedad. Esta investigación podría conducir a un nuevo tratamiento.
Comprender cómo el encéfalo regula las funciones corporales es fundamental para combatir trastornos metabólicos y enfermedades neurodegenerativas. El proyecto WATCH, financiado con fondos europeos, arroja luz sobre los mecanismos moleculares que sustentan este proceso. Su trabajo contribuye a terapias novedosas que podrían beneficiar a personas con la enfermedad de Alzheimer, diabetes y COVID-19.
Millones de personas sufren de trastornos encefálicos. Para entender qué sucede en el encéfalo de estos pacientes, el proyecto RobustSynapses, con fondos de la UE, se fijó en las sinapsis, donde se inician muchas afecciones encefálicas. Al identificar los aspectos clave que pueden fallar, el equipo del proyecto abrió las puertas a posibles nuevas dianas para tratamientos que beneficien a todos.
Muchas personas usan los probióticos para conservar o recuperar las bacterias «buenas» del intestino. El proyecto MetaBiota, financiado con fondos europeos, ha ido más allá al demostrar que estas bacterias beneficiosas, la microbiota, pueden tener una influencia positiva al ayudar a los pacientes de ictus a recuperarse mejor. Esto podría abrir la puerta a tratamientos nuevos y emocionantes.
