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Cada minuto de cada día, satélites, sensores y drones recopilan enormes cantidades de datos sobre nuestro planeta. No obstante, este acervo de información no suele traducirse en mejores prácticas ambientales.
«La disponibilidad de datos no siempre es suficiente para tener un efecto positivo en la gestión de las tierras —comenta el coordinador del proyecto LANDSUPPORT, Fabio Terribile, catedrático de Pedología de la Universidad de Nápoles Federico II—. Aunque en la Unión Europea (UE) contamos con buenas políticas medioambientales, es obvio que el estado del medio ambiente está empeorando en muchos casos».
Plataforma de acción
Muchos sectores, como la agricultura y la silvicultura, no solo necesitan tener acceso a la información, sino también contar con un apoyo operativo sólido que garantice que los datos brutos sean comprensibles y puedan traducirse en medidas positivas. Ese fue el punto de partida del proyecto LANDSUPPORT, financiado con fondos europeos, que aunó a diecinueve socios de diez países de Europa, Oriente Próximo y Asia.
«Nos propusimos crear un sistema de apoyo a las decisiones geoespacial inteligente, basado en la web y gratuito —explica Terribile—. El objetivo era prestar asistencia a un gran cantidad de usuarios finales para ayudarlos a llevar a cabo una ordenación y gestión de la tierra más sostenibles».
Para empezar, el equipo del proyecto reunió distintas fuentes de datos, como, por ejemplo, datos de la constelación de satélites Copernicus de la UE, así como modelos climáticos avanzados. Tal complejidad queda «oculta» tras una interfaz gráfica atractiva, con el fin de permitir a los usuarios finales acceder a la plataforma y trabajar en ella con facilidad. Asimismo, se crearon tutoriales breves sobre el uso del sistema.
En la propia plataforma LANDSUPPORT, los datos recopilados se procesan utilizando modelos y, gracias al desarrollo de más de un centenar de herramientas operativas, se ponen a disposición de los usuarios de una forma comprensible. Hay herramientas para simular la gestión de sistemas agrícolas específicos y para evaluar la productividad de los cultivos y la degradación del suelo. Mediante el uso de escenarios climáticos actuales y futuros, se pueden tener en cuenta variables relacionadas con el medio ambiente, como la cantidad de contaminantes en los suelos.
«La plataforma también permite evaluar la resiliencia al cambio climático, así como los aspectos socioeconómicos de la gestión de la tierra —añade Terribile—. La participación de centros piloto de recopilación de datos adicionales fuera de Europa (como, por ejemplo, en Túnez) nos permitió analizar nuestras herramientas en contextos culturales, socieconómicos y físicos muy distintos».
Toma de decisiones eficaz
La plataforma LANDSUPPORT seguirá operativa mucho después de la finalización del propio proyecto. «Si queremos salvar nuestros suelos y nuestra tierra, tenemos que dejar estas herramientas lo más accesibles posible, así como interactuar con una gran comunidad de usuarios —explica Terribile—. Sobre esta cuestión, fue muy gratificante constatar tanto interés en la plataforma por parte de las partes interesadas, como administraciones públicas y bodegas cooperativas. Algunos miembros del Parlamento italiano, tras ver y utilizar la plataforma, incluso la mencionaron en una propuesta de ley orgánica del suelo».
La plataforma LANDSUPPORT también cosechó éxitos en otras aplicaciones. Solo en Italia, entre los usuarios se cuentan asociaciones y granjas vitivinícolas en Campania, la ciudad de Nápoles, un parque nacional en Cilento y varias asociaciones de urbanismo. La herramienta Ecotourism de la plataforma, que permite a los usuarios tener en cuenta las preocupaciones culturales y medioambientales de una región rural dada, fue utilizada por guías turísticos, uno de los cuales proporcionó posteriormente datos al proyecto que había recopilado en primera persona a lo largo de años de trabajo, lo que ayudó a reforzar aún más el sistema.
Terribile cree que la plataforma seguirá ayudando a un amplio abanico de usuarios. La herramienta New Urban Development, por ejemplo, permite a los responsables de la toma de decisiones de toda la UE simular el impacto ambiental del aislamiento del suelo —la cobertura de la tierra mediante carreteras o trabajos de construcción— en distintas zonas de su comunidad. Es algo que los ayudará a tomar decisiones políticas que minimicen el impacto sobre el medio ambiente.
La plataforma también ofrece otras herramientas, como Climate Change Resilience, que permite a los usuarios de la UE visualizar potenciales variaciones de los indicadores climáticos, como la lluvia y la temperatura, a lo largo del tiempo. Del mismo modo, la herramienta Best Farming Practices ayudará a los agricultores a acceder a los datos para planificar con anticipación con mayor eficacia, optimizar recursos valiosos como el agua y reducir el uso de plaguicidas. «La plataforma se mantendrá activa durante muchos años —concluye Terribile—. Ya estamos buscando recursos para ampliarla aún más».