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Research and Innovation

Un estudio sobre los puntos de inflexión revela que nuestros océanos se enfrentan a daños irreversibles

Un estudio de cuatro años financiado por la UE revela un bucle de retroalimentación climática que amenaza con hacer que los ecosistemas marinos superen los umbrales críticos. En el proyecto COMFORT se afirma que debemos actuar ya para evitar que el aumento de la temperatura, la acidificación oceánica y el descenso de los niveles de oxígeno provoquen cambios irrevocables en los hábitats oceánicos.

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Descritos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) —el organismo de las Naciones Unidas encargado de mejorar los conocimientos científicos sobre el cambio climático—, los puntos de inflexión climáticos son umbrales críticos que, al superarse, pueden provocar cambios notables e irreversibles en el sistema climático.

«Quedan muchas brechas del conocimiento sobre estos puntos de inflexión y sus consecuencias para el ecosistema marino —afirma Christoph Heinze, modelizador biogeoquímico oceánico de la Universidad de Bergen (Noruega) y coordinador del proyecto COMFORT—. El objetivo de COMFORT era comprender mejor qué ocurriría al cruzar los puntos de inflexión y cómo limitar los daños por un cambio brusco y no lineal».

El equipo del proyecto COMFORT se centró en tres de las consecuencias más conocidas y preocupantes del cambio climático para los ecosistemas marinos. La primera: el calentamiento oceánico, que impulsa la pérdida de hielo marino, aumenta el nivel del mar y provoca cambios en hábitats locales. La segunda: la acidificación oceánica, cuando el dióxido de carbono disuelto reduce los niveles de pH e interfiere en la capacidad de los corales y mariscos para fabricar sus conchas. Y la última: la desoxigenación, en la que las condiciones naturales e inducidas provocan masas de agua sin oxígeno disuelto, inhabitables para los peces. Los expertos las llaman la «triple amenaza» oceánica, porque al combinarlas es más probable que los océanos alcancen puntos de inflexión irreversibles.

Los físicos oceánicos, biogeoquímicos y ecólogos del equipo usaron análisis de datos y modelos predictivos para proyectar los efectos de los factores humanos en los sistemas oceánicos. «Con este método integrador, comprenderíamos mejor la respuesta oceánica al cambio climático», señala Heinze.

Debemos actuar ya

Sus conclusiones son alarmantes y apuntan a la aparición de un bucle de retroalimentación climática que acelera el cambio repentino y permanente de los entornos marinos. «Nuestras predicciones implican cambios bruscos y de régimen oceánicos, que afectan a las especies y ecosistemas marinos».

El equipo identificó cambios repentinos en múltiples provincias oceánicas, como el aumento brusco de la frecuencia de fenómenos extremos (olas de calor marinas, acidificación estacional repentina y disminución temporal del oxígeno) que pueden provocar cambios duraderos en los ecosistemas.

Las conclusiones de COMFORT indican que tenemos cierta flexibilidad para evitar los peores efectos de los cambios y ofrecen a los responsables políticos información sobre las mejores estrategias para medidas correctoras proactivas y decisivas, como la eliminación de dióxido de carbono a gran escala y la selección de zonas marinas protegidas similares a los parques nacionales y reservas naturales terrestres.

Estas serían eficaces si se combinaran con límites a la contaminación por nutrientes industrial y de la escorrentía de fertilizantes, los residuos plásticos y la sobrepesca, dice Heinze, aunque lo principal que debemos atajar es el aumento de los niveles de dióxido de carbono. «Debemos reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero —añade—. Es mejor y más rentable hacerlo ya que esperar que soluciones futuras de geoingeniería resuelvan ciertos problemas».

Pero hay cambios inevitables. La reducción sustancial e inmediata de las emisiones de gases de efecto invernadero ralentizarían, pero no detendrían, la pérdida de hielo del Ártico y el debilitamiento de la Corriente del Golfo; la triple amenaza del aumento de la temperatura y el descenso de los niveles de pH y oxígeno de los océanos persistiría milenios.

Hora de cambiar de rumbo

Los hallazgos resaltan la urgente necesidad de que toda la comunidad internacional trabaje al unísono. En COMFORT se generaron muchas publicaciones científicas y se contribuyó al último Informe de Evaluación del IPCC.

Después del proyecto, sus miembros siguen trabajando en investigaciones climáticas internacionales. «Es necesario ampliar las observaciones oceánicas y mejorar las redes de observación y los modelos del sistema terrestre para comprender mejor los procesos oceánicos —explica Heinze—. Debería haber un grupo de trabajo que diera consejos políticos más concretos según los conocimientos que ya tenemos. ¿Cómo podemos ayudar a superar la crisis climática con el menor daño para que la vida siga siendo una aventura valiosa? No queda mucho tiempo y debemos cambiar de rumbo ya».

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Datos del proyecto

Acrónimo del proyecto
Comfort
Número del proyecto
820989
Quién coordina el proyecto: Noruega
Quién participa en el proyecto:
Austria
Canadá
Francia
Alemania
Islandia
India
Noruega
South Africa
España
Suecia
Suiza
Reino Unido
Coste total
€ 8 482 147
Contribución de la UE
€ 8 191 663
Duración
-

Véase también

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