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A lo largo de los últimos diez años, Europa se ha enfrentado a una crisis financiera, una crisis de la deuda soberana y una crisis migratoria aún en curso, por no mencionar una serie de retos en materia de seguridad. Mientras se hace frente a las secuelas de la pandemia de COVID-19, una guerra hace estragos a las puertas de la Unión, lo que ha desencadenado una crisis energética sin precedentes.
El resultado final de estas crisis es una desconfianza cada vez mayor hacia las instituciones europeas. «Especialmente en el contexto de las últimas crisis, la UE no siempre ha sido capaz de responder realmente a las preocupaciones de sus ciudadanos», afirma Jan Wouters, director del Centro de Estudios sobre Gobernanza Mundial de Lovaina y catedrático de la KU Leuven.
Pero ¿los ciudadanos se están empezando a oponer al concepto de la UE? En una nueva investigación del proyecto RECONNECT, financiado con fondos europeos, se sugiere que la respuesta es no. De hecho, según encuestas ciudadanas y análisis de los medios de comunicación, ocurre lo contrario.
Wouters, coordinador del proyecto, añade: «Nuestra investigación demuestra que, en general, los ciudadanos no se oponen cada vez más a la integración europea, si no que tienen expectativas muy altas respecto a la UE, expectativas que no siempre se cumplen».
En lugar de desilusionarse, los ciudadanos quieren convertir su frustración en acciones y buscan formas de reconectar con la UE.
De la investigación a la acción
En primer lugar, el equipo del proyecto tradujo su investigación en recomendaciones políticas concretas para modificar los tratados fundacionales de la UE, que incluían, por ejemplo, acercar la toma de decisiones de la UE a los votantes dotando al Parlamento Europeo de facultades de iniciativa legislativa.
Tal como señala Axel Marx, director adjunto del Centro de Estudios sobre Gobernanza Mundial de Lovaina, que ha sido el director de investigación del proyecto: «El Parlamento Europeo debe ser reconocido como el corazón que impulsa la democracia de la UE y su papel debe replantearse a la luz de esta centralidad. Esto ayudaría a potenciar el reconocimiento y el sentimiento de representación entre los ciudadanos».
En RECONNECT también se puso de manifiesto la necesidad de profundizar en la naturaleza democrática de la Unión, lo que puede hacerse mediante una vinculación más estrecha entre las instituciones de la UE y los ciudadanos y el fortalecimiento de la sociedad civil. «Los ciudadanos quieren tener voz en la toma de decisiones europeas y su participación debe ser sistemática», afirma Marx.
El equipo del proyecto también tomó medidas para ayudar a revitalizar la propia idea europea, escribiendo una nueva narrativa destinada a arraigar los principios de la democracia y el Estado de Derecho directamente en la vida cotidiana de la ciudadanía.
«La protección del Estado de Derecho debe ser más transparente y responsable, implicando directamente a los ciudadanos y otorgando al Parlamento Europeo un papel más destacado», explica Marx.
Más democracia
En el proyecto RECONNECT también se crearon soluciones capaces de conectar a los ciudadanos con el Gobierno. Una de ellas es su curso en línea masivo y abierto (MOOC). La plataforma en línea de libre acceso ofrece cursos sobre los valores fundamentales de la UE, la democracia y el Estado de Derecho, y ya ha llegado a más de dos mil quinientos alumnos de noventa países diferentes.
Según explica Alex Andrione-Moylan, investigador de la KU Leuven que también participa en el proyecto: «Un papel más protagonista de los ciudadanos europeos va de la mano de mayores esfuerzos por informarles sobre el funcionamiento de la UE y las ideas que sustentan el proyecto europeo. Por ello, en RECONNECT estábamos absolutamente comprometidos a contribuir a la mejora de la educación sobre asuntos europeos».
En esta misma línea, en el proyecto también se creó un Centro de Recursos para Jóvenes, que proporciona información de fácil comprensión sobre temas clave de la UE a estudiantes de primaria y secundaria.
En RECONNECT se ha ofrecido un camino ambicioso pero viable para replantearse Europa de tal manera que no solo los ciudadanos se sientan mejor representados, sino que sus opiniones, preocupaciones y aspiraciones se tengan realmente en cuenta.
«Aunque es posible que su repercusión sea gradual, las herramientas creadas en RECONNECT están en una posición privilegiada para permitir a los funcionarios nacionales y europeos responder con más eficacia a los ciudadanos, así como para equipar a los agentes no gubernamentales y de la sociedad civil para su participación en la vida democrática de la UE», concluye Wouters.