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El cambio climático está provocando que el Ártico se esté calentado más rápido que cualquier otra región del planeta, provocando que el permafrost se descongele. La mayoría de la actividad humana en el Ártico se desarrolla en las costas de permafrost, lo que está causando un gran cambio en la región y repercutiendo sobremanera en la biodiversidad y las comunidades humanas.
Los efectos del deshielo del permafrost son múltiples. El suelo que se descongela es susceptible a la erosión, que conlleva la pérdida de tierras y la llegada de nutrientes y sedimentos a las aguas costeras. El acceso al hielo marino, esencial para la vida marina y las comunidades indígenas que cazan y pescan para su subsistencia, está cambiando. Y las infraestructuras del Ártico corren peligro debido a la inestabilidad del suelo.
«Estos peligros afectan a la vida de las personas de estas comunidades, que requieren medidas de adaptación ya existentes o necesarias», afirma Hugues Lantuit, director del grupo de investigación sobre Erosión Costera del Ártico del Instituto Alfred Wegener y coordinador de Nunataryuk.
El proyecto Nunataryuk reunió a expertos mundiales en ciencias naturales y socioeconomía para investigar los efectos del deshielo del permafrost costero y submarino.
Cartografía del permafrost submarino y aprovechamiento de los conocimientos locales
El equipo de Nunataryuk cartografió primero la extensión espacial del permafrost submarino en la plataforma continental ártica mediante la modelización a escala del Ártico, con resultados validados localmente utilizando datos de sondeos previos.
«Gracias a nuestros conocimientos del carbono almacenado en el permafrost submarino y las tasas de descongelación actuales y futuras, podemos determinar mejor el papel del permafrost submarino que se está descongelando en el clima mundial», añade Lantuit.
El trabajo de campo y la modelización fueron fundamentales para determinar la relación entre el permafrost y el clima, así como para colmar vacíos en el conocimiento y en los mapas. El trabajo de los investigadores consistió sobre todo en consultas con la población local de las comunidades costeras árticas.
Después se creó un marco conceptual de riesgos mediante un proceso de coproducción entre los investigadores de Nunataryuk y la población local. El marco permitió identificar impactos, riesgos y estrategias de adaptación en la costa de permafrost del Ártico.
Además, los investigadores de Nunataryuk identificaron los principales «ámbitos vitales» asociados a los efectos del deshielo del permafrost en cuatro regiones de estudio de casos a lo largo de la costa ártica: Ilulissat y Qeqertarsuaq, en Groenlandia occidental; Longyearbyen, en Svalbard; la zona del mar de Beaufort y el delta del río Mackenzie, en Canadá; y el norte de Saja (Yakutiya), en Rusia.
Primer mapa del permafrost ártico
Uno de los principales logros del proyecto fue la creación del Arctic Permafrost Atlas, el primer mapa del permafrost del Ártico.
El atlas traduce y consolida todos los conocimientos sobre el permafrost combinando los resultados del proyecto Nunataryuk, las vivencias de las comunidades locales y la información de la comunidad científica.
«Es un libro pertinente, impregnado del entusiasmo de sus autores y colaboradores —señala Lantuit—. Casi cien personas participaron en su elaboración. En él se describe magníficamente el permafrost con mapas, palabras, arte e historias».
No es una obra científica al uso, ya que recopila los conocimientos de científicos, pueblos indígenas, residentes del norte y profesionales locales para ofrecer una visión holística e integradora de los retos actuales del «país del permafrost».
«Esperamos que esta fuente única de información sobre el permafrost promueve el debate —y, sobre todo, medidas— hacia una gestión más sostenible del clima y el medio ambiente», comenta Lantuit.
Una red de investigación duradera en el Ártico
El proyecto también estableció una vibrante red de investigadores y comunidades locales en el Ártico. «Esto solo se puede lograr generando confianza y colaborado a largo plazo», explica Lantuit.
Gracias a esta red, el equipo consiguió financiación para un proyecto de seguimiento, ILLUQ, que aportará el primer planteamiento holístico del deshielo del permafrost, la contaminación, la salud y el bienestar en el Ártico.