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Desde hace más de un siglo, la fotografía documenta nuestras vidas, pero en la práctica, capta y reimagina la realidad.
Aunque se ha estudiado la influencia del fotoperiodismo en política, según Christopher Pinney, investigador principal del proyecto PHOTODEMOS, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, la fotografía informal sigue investigándose poco.
«PHOTODEMOS formaba parte de un cambio de las teorías científicas sobre qué representa la fotografía en abstracto al estudio de lo que la gente hace con ella», explica.
Etnografía: una larga exposición
El proyecto se centró en cómo la cámara crea lo que Pinney llama «ciudadanía fotográfica»; permite la visibilidad, los derechos y la representación de los ciudadanos de una forma imposible en política convencional.
«Nos centramos en el poder “como si” de la fotografía: su capacidad para registrar aspiraciones, como si se hubieran alcanzado», añade.
Crearon equipos de investigación en Bangladesh, Camboya, Grecia, India, Nepal, Nicaragua, Nigeria, Pakistán y Sri Lanka. Eligieron estos países porque la fotografía fue importante durante conflictos, períodos de intensidad política o en investigaciones antropológicas visuales.
Los investigadores vivieron un año en comunidades locales, donde presenciaron la vida cotidiana, antes de explorar el papel de la fotografía en ella. «Generar confianza hizo que reuniéramos fotografías singulares, algunas nunca antes compartidas», afirma Pinney.
Encontrar marcos adecuados
Se preocuparon por lo que Pinney llama «fotografiabilidad»: «las expectativas sobre la visibilidad y el reconocimiento que permite la cámara».
Algunas comunidades de Bangladesh y Grecia experimentaron esto como una sensación de incompletud: las fotos no existían, pero deberían existir.
En Bangladesh, los activistas lamentaron la ausencia de fotos individuales de las víctimas del derrumbe del edificio Rana Plaza, que solo aparecen en imágenes grupales.
En Grecia, los monumentos conmemorativos a las víctimas de los nazis muestran siluetas en blanco cuando no hay imágenes, como si las fotos estuvieran pendientes.
«La fotografía tiene un poder de prueba y autentificación que excede la presencia física de fotos concretas», añade Pinney.
A prueba de futuro
Aunque la fotografía se interpreta como el registro del pasado, PHOTODEMOS descubrió que visualiza el futuro, a menudo vinculado a la migración y movilidad.
En los estudios de Asia Meridional y África Occidental, observaron preocupación por una modernidad global aspiracional, reflejada en la iconografía de la ciudad, las motocicletas y la cultura cinematográfica.
«Nuestro método transnacional y comparativo reveló que la fotografía informal suele deslocalizarse y adoptar una perspectiva global, en contra de teorías que asumen una preocupación por los contextos locales», indica Pinney.
PHOTODEMOS permitió comprender el poder de la «estética migratoria» de la fotografía, como con las aspiraciones a una vida mejor en otros lugares.
«Demostramos que el movimiento, la migración y el cosmopolitismo son impulsos naturales y no algo patológico o delictivo», añade.
La vocación de futuro de la fotografía quedó patente en el festival nepalí Gai Jatra, donde se procesaron fotos de los difuntos del año anterior.
«Cuando desfilan, no son una conmemoración retrospectiva sino una garantía de la progresión de las almas de los difuntos», explica Pinney.
Medio y mensaje
La mayor disponibilidad y accesibilidad de la fotografía ha alterado el panorama fotográfico y su estudio.
«Los medios se nutren de fotos que subvierten nociones optimistas de los espacios públicos basadas en la racionalidad crítica y la verdad», observa Pinney.
En Nicaragua y Nigeria, las redes sociales amplificaron movimientos progresistas, pero en Camboya las imágenes críticas en Facebook, consideradas una herramienta de liberación política, ahora son un instrumento de vigilancia del Estado como signos de subversión.
En cambio, descubrieron que el poder de la fotografía para mediar en conflictos políticos convencionales. En Sri Lanka y Nicaragua, las fotos probaban nociones de verdad contrapuestas, pero en Grecia y Nepal detectaron un proceso más optimista.
«Las fotos median entre identidades políticas opuestas, como en el Nepal posterior a la guerra civil, donde las exposiciones itinerantes contribuyeron a la conciliación», afirma Pinney.
Siguen añadiendo contenido al sitio web del proyecto y la editorial estadounidense Duke University Press ha publicado un volumen de acceso abierto (Citizens of Photography: The Camera and Political Imagination). Elaboran otros documentos, incluido el libro «Photo State».