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A pesar de estudios previos que insinúan la gran repercusión de la violencia de género (VG) en los centros de investigación, el asunto no se comprende totalmente. Como señala Sofia Strid, coordinadora científica de UniSAFE:
«La investigación no es un lugar de trabajo cualquiera: un hervidero de poder, autoridad y jerarquía, estructurado por edad, sexo y otras desigualdades. Hace tiempo que conocemos las consecuencias negativas de la VG en la enseñanza superior, pero no teníamos cifras concretas».
Aunque últimamente hay más medidas políticas europeas para reconocer y abordar la VG en la investigación, en gran medida sigue sin abordarse. Sin conocimientos e infraestructuras suficientes, es difícil prevenirla, perseguirla y proteger contra ella.
Los objetivos del proyecto UniSAFE eran claros: comprender los contextos de la VG, reunir pruebas de su prevalencia y efectos, entender sus causas y aplicar contramedidas eficaces.
«Pretendíamos mejorar el conocimiento de la VG en la enseñanza superior —explica Strid, profesora titular de Estudios de Género en la Universidad de Örebro— y traducirlo en herramientas operativas innovadoras y recomendaciones que utilizaran los organismos de investigación».
Resultados pioneros
UniSAFE realizó una encuesta pionera en quince países con entrevistas de investigación y estudios de casos.
Reveló que, de 42 000 encuestados, el 62 % había sufrido VG en su entorno científico o de investigación. Aunque históricamente la atención ha recaído sobre la violencia machista, esta encuesta también abordó la violencia contra los hombres y las personas no binarias.
Strid añade: «Las cifras de prevalencia son escandalosamente altas, sobre todo en las personas no binarias, con discapacidad o enfermedades crónicas y las minorías étnicas. Pero las cifras de denuncias son bajas: solo el 12,5 % de las víctimas de VG lo habían denunciado».
También se plantearon preguntas, como si existen suficientes marcos jurídicos o políticos en los Estados miembros de la Unión Europea (UE) para el cambio institucional. Aunque las intervenciones políticas son esenciales, su eficacia depende de aplicarlas a todos los niveles.
La importancia de las organizaciones de investigación
Uno de los retos de UniSAFE fue vencer la resistencia institucional. Aunque existía un reconocimiento generalizado de la VG, traducir esa concienciación en acciones importantes era difícil. El proyecto garantizó que las partes interesadas se reunieran para formar asociaciones, compartir conocimientos y desarrollar soluciones prácticas.
La creación de esta comunidad de apoyo en las organizaciones de investigación (OI) fue decisiva para el progreso. Comprometerse con las OI e implicarlas en las actividades de investigación creó un sentido de responsabilidad compartida y colectiva.
Strid dice: «Queríamos una comunidad de OI y participaron cuarenta y seis OI de quince países. Colaboramos con ellas en el cartografiado de políticas, los estudios de casos y nueve talleres para traducir los resultados en herramientas y recomendaciones».
Nuevos modelos contra la VG
Durante tres años, UniSAFE ofreció datos actualizados, sólidos y fiables sobre las nuevas formas de violencia en las OI y un innovador conjunto de herramientas para combatir la VG, con un modelo analítico integral.
El modelo, utilizado para proporcionar un conocimiento exhaustivo de la violencia y las medidas para abordarla, se basó en las «7 P»: prevalencia, prevención, protección, persecución, pactos, prestación de servicios y política. También se empleó para cartografiar las políticas nacionales y estructuras jurídicas de treinta y tres países.
Las conclusiones del proyecto se transformaron en recomendaciones políticas específicas, herramientas personalizadas y formación para que las partes interesadas aborden la VG.
«Uno de los resultados es nuestro marco y herramienta de evaluación, un punto de partida para cualquier institución. El conjunto de herramientas incluye una hoja de ruta, un plan de acción y un protocolo para abordar la VG», destaca Strid.
Los resultados de UniSAFE se expusieron en actos con responsables políticos de la UE y autoridades nacionales; destacan dos conferencias organizadas por las Presidencias española y checa del Consejo de la UE, en las que se presentó el conjunto de herramientas, y la reunión final de UniSAFE, que congregó a las partes interesadas para exponer sus resultados.
Gracias a la colaboración y al compromiso constante, UniSAFE ha sentado un precedente en la lucha contra la VG en Europa.