Skip to main content
European Commission logo
Research and Innovation

Las fábricas de hongos que cultivan los biocompuestos de nueva generación

Europa se está alejando de una economía basada en combustibles fósiles. El proyecto FALCON, financiado con fondos europeos, ha logrado un gran avance con una gama de compuestos de origen biológico que convierten los residuos vegetales en productos químicos esenciales. Esto ofrece a los ciudadanos un futuro más ecológico y económicamente viable.

©Fokussiert #396761512, source: stock.adobe.com 2021

PDF Basket

Ningún artículo seleccionado

Con el fin de reducir significativamente las emisiones nocivas y fomentar prácticas industriales más ecológicas, Europa está en plena transición hacia una bioeconomía. Esto significa que se aleja de los procesos químicos basados en combustibles fósiles y avanza hacia los procesos biológicos basados en recursos renovables.

En este sentido, el proyecto financiado con fondos europeos FALCON identificó la lignina como una posible fuente de combustible y como un componente básico alternativo para los productos químicos industriales. La lignina, hallada en las paredes celulares de la madera, también es un subproducto orgánico de la producción de bioetanol. Los científicos han previsto que este flujo de desechos orgánicos renovables aumentará a medida que se construyan más plantas de bioetanol.

«Cuando este proyecto comenzó en 2017, nuestro principal objetivo era utilizar lignina para convertirla en combustible para uso marítimo», explica el coordinador del proyecto FALCON, Ronald de Vries, quien dirige el grupo de Fisiología Fúngica en la Real Academia de Artes y Ciencias de los Países Bajos. «Se predijo que saldrían grandes flujos de residuos de aceite de lignina de las plantas de bioetanol. Nuestra intención era encontrar las maneras de convertir estos flujos de residuos en biocombustible para barcos. Sin embargo, esto todavía no ha sucedido».

El motivo es que en los últimos años no se han construido nuevas plantas de bioetanol a la velocidad que muchos anticipaban. Por lo tanto, aún no existen los niveles de residuos de lignina necesarios para convertir el concepto de combustible marítimo en una industria mundial viable. «Si bien en este sentido logramos avances en la tecnología, la sociedad no ha avanzado al mismo ritmo», observa de Vries.

Fábricas de células fúngicas

Por el contrario, otro aspecto del proyecto, el desarrollo de las fábricas de células fúngicas para la conversión de compuestos de lignina en productos químicos de plataforma, avanzó mucho más rápido de lo esperado. Esto implicó la identificación y el uso de células fúngicas como «instalaciones de transformación» biológicas, para convertir los residuos de lignina en materias primas químicas.

Estos compuestos químicos de origen biológico pueden luego ser utilizados por industrias como la cosmética, la farmacéutica y la plástica para fabricar productos finales que satisfagan la creciente demanda de los consumidores de ingredientes de origen renovable.

«Al principio, se trataba de utilizar el pensamiento creativo», agrega de Vries. «Tuvimos que partir de cero, pero pudimos identificar cepas fúngicas que podrían convertirse en fábricas celulares. De hecho, solicitamos dos patentes basadas en nuestra investigación sobre compuestos de origen biológico que ya se utilizan en la industria para una variedad de productos. Los avances que pudimos lograr han estado muy por encima de nuestras expectativas».

Compuestos químicos orgánicos

Tras haber finalizado el proyecto FALCON, el equipo ahora busca identificar empresas químicas especializadas con la capacidad y determinación para ampliar esta tecnología y desarrollar fábricas celulares capaces de convertir los flujos de residuos de lignina en compuestos limpios y útiles para la industria. De Vries destaca que el objetivo clave es, ante todo, llevar esta tecnología al mercado.

«La gama potencial de usuarios finales de estos compuestos de origen biológico es enorme», señala de Vries. «En este momento estamos investigando algunas áreas específicas, como la posibilidad de utilizar estos compuestos como precursores de resinas, lubricantes y plásticos. Además, el mercado de alimentos y piensos es de gran interés».

Al centrarse en varias cadenas de valor para el flujo de residuos de lignina, el proyecto FALCON ha hecho una contribución importante a la transición actual de Europa de depender de procesos químicos basados en combustibles fósiles al uso de bioprocesos basados en energías renovables. «Esto realmente muestra el beneficio de los proyectos de la Unión Europea que abordan múltiples objetivos», añade de Vries. «Nuestro éxito también muestra la importancia de centrarse en la investigación que no está necesariamente cerca de la comercialización. De lo contrario, no hubiéramos logrado los avances que pudimos lograr».

PDF Basket

Ningún artículo seleccionado

Datos del proyecto

Acrónimo del proyecto
Falcon
Número del proyecto
720918
Quién coordina el proyecto: Países Bajos
Quién participa en el proyecto:
Bélgica
Finlandia
Francia
Alemania
Italia
Países Bajos
Suiza
Coste total
€ 6 555 884
Contribución de la UE
€ 6 148 783
Duración
-

Véase también

More information about project Falcon

Temas relacionados

All success stories