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La cosecha automatizada de espárragos reduce los costes y mejora los cultivos

La cosecha de espárragos blancos depende mucho del trabajo manual, gasto que ejerce una presión financiera sobre los agricultores. Un proyecto financiado con fondos europeos ha desarrollado una cosechadora automatizada que recoge de forma selectiva solo los espárragos maduros sin dañar los cultivos. Esto ahorra dinero y un trabajo agotador a los agricultores y mejora la calidad de los cultivos.

© Cerescon 2020

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La cosecha selectiva implica recoger solo aquellos cultivos que están maduros, sin dañar aquellos que deberán recogerse más tarde o dejarse en la tierra. En la actualidad, esta técnica solo se realiza a mano. Entre los ejemplos típicos de cultivos cosechados de forma selectiva están los tomates, los pepinos, las fresas, los melones, los arándanos y las frambuesas.

«También está el caso de los espárragos blancos», comenta la coordinadora del proyecto SPARTerS Thérèse van Vinken de la empresa Cerescon (los Países Bajos). «El mercado europeo vale actualmente unos 800 millones de euros anuales, pero por desgracia el sector está amenazado en su totalidad. Esto se debe en parte a que el número de recolectores es menor cada año, mientras que el precio del trabajo manual no deja de subir».

Hay otros problemas asociados con la recolección manual. A veces, los espárragos pueden pasar desapercibidos y permanecer en el lecho de arena hasta la próxima jornada de cosecha. Esto puede provocar decoloración y hacer que las puntas de los espárragos se abran.

Una solución de cosecha automatizada

Para abordar estos desafíos, el proyecto financiado con fondos europeos SPARTerS se ha centrado en lanzar al mercado una cosechadora selectiva mecanizada. El objetivo principal de esta innovación es disminuir el coste de la cosecha de espárragos, así como mejorar la calidad y la cantidad de los cultivos.

Según explica van Vinken: «La solución se basa en un método de detección subterránea patentado. Unos sensores detectan el espárrago a medida que crece bajo tierra sin necesidad de tocarlo. Esto significa que no se daña el cultivo».

En ese momento, se transmiten los datos sobre el espárrago a un robot cosechador autopropulsado patentado que, con un único movimiento, recoge solo los espárragos que están listos para su cosecha y los pone sobre una cinta transportadora. Entonces, se rellena el agujero resultante en el lecho de arena para evitar que el siguiente cultivo crezca torcido.

Los ensayos han demostrado que utilizar la máquina Sparter puede reducir a la mitad el coste de la cosecha, en parte gracias al ahorro en mano de obra, pero también porque no se dañan los cultivos y apenas se desperdician.

Van Vinken añade: «Los sensores subterráneos pueden recoger todo tipo de datos. Esto puede ayudar a garantizar que el rendimiento de los cultivos sea más predecible». Por ejemplo, los agricultores pueden percatarse de que es necesario fertilizar o regar en un momento determinado o en una zona específica de sus campos.

Desde el principio, los productores de espárragos han sido fundamentales en el desarrollo de Sparter. Van Vinken explica: «Creamos un grupo de usuarios formado por productores de los Países Bajos y Alemania. Estos agricultores proporcionaron múltiples comentarios sobre el desarrollo de esta tecnología y también fue importante la información que nos proporcionaron sobre sus necesidades concretas, sus instalaciones y los costes de recolección».

El futuro de la agricultura

Van Vinken opina que la máquina Sparter representa el futuro del cultivo de espárragos, sobre todo a la luz de la epidemia de COVID-19. Los productores, que dependen en gran medida del trabajo manual para ocuparse de sus lechos de espárragos, se encontraron en crisis cuando se cerraron las fronteras.

Van Vinken explica: «En Europa Occidental, la cosecha selectiva suelen realizarla temporeros que vienen de otros países. Como muchos de ellos no podían viajar, los agricultores no podían ocuparse de sus cultivos. En algunos casos, no se cosechó entre el 70 y el 80 % de los lechos de espárragos».

Además, la cosecha manual de espárragos blancos es un trabajo duro, físico y exigente. La transición a la cosecha selectiva automatizada promete crear puestos de trabajo en los que se requiera una mejor cualificación y habilidad, centrados en el uso de la máquina y la clasificación.

A pesar de los desafíos a los que se enfrenta el sector, Europa aún representa casi un tercera parte del mercado mundial de espárragos. Van Vinken confía en que siga siendo un mercado lucrativo que pueda crecer y mejorar con el uso de tecnologías.

De hecho, no hay duda de que SPARTerS está marcando el camino: debido al éxito de este proyecto financiado con fondos europeos, el equipo del proyecto también ha recibido recientemente tres millones de euros adicionales procedentes de fuentes privadas para que continúen su labor.

Versión inglesa del video

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Datos del proyecto

Acrónimo del proyecto
SPARTerS
Número del proyecto
811469
Quién coordina el proyecto: Netherlands
Quién participa en el proyecto:
Netherlands
Coste total
€ 3 089 426
Contribución de la UE
€ 1 498 042
Duración
-

Véase también

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